Sea playa o montaña, los posaderos la tienen cada vez más difícil para prestar sus servicios. En este asueto carnestolendo los destinos más solicitados como Tucacas, en Falcón, o El Yaque, en Nueva Esparta, no se salvaron de la baja de temporadistas ni de las fallas en los servicios de luz y de agua.
Efecto Cocuyo constató en 10 posadas, ubicadas en cuatro estados, la deficiencia de los servicios que han obligado a algunos a desincorporar el desayuno de su paquete de ofertas o a pagar hasta Bs 14.000 por camiones cisternas para surtir sus tanques de agua.
En La Asunción, capital de Margarita o la Perla del Caribe como se le conoce a la isla, se encuentra la Posada de Tere. Su dueña Lourdes Henríquez afirma con pesar que este año solo pudo vender una de las cinco habitaciones de las que dispone cuando en épocas pasadas se llenaban como mínimo tres. La inflación y la inseguridad son las primeras causas que señala.
“Todo está muy caro y hasta los turistas se están dando cuenta de eso. En Zaragoza están vendiendo cada cerveza en Bs 500 cuando en otros lugares se consigue en Bs 100. Por ejemplo, la única persona que se está alojando en mi posada tiene que pagar más de 30 mil por las cuatro noches que estará aquí y eso que yo tengo las habitaciones en Bs 8.500, económicas todavía”, comenta vía telefónica.
Aunque asegura que el sector Salamanca, donde está ubicada la posada, es una zona tranquila, en octubre del año pasado dos jóvenes que se encontraban hospedadas fueron víctimas del hampa mientras caminaban a un puesto de pastelitos maracuchos que se encuentra cerca.
“Las muchachas iban cada una con un iPhone en la mano y como es una calle sola, una moto aprovechó y las robó, por eso hemos optado por hacer carteles en los que se les recuerda a los turistas y temporadistas tomar precauciones porque están en Venezuela, así como en Francia le advierten a las personas de los carteristas con anuncios en los ascensores”, dice.
Tres veces al mes llega el agua por lo que optó por comprar más tanques para reservar el líquido.
En El Yaque, una zona popular de la isla, está Paraíso Guisela. A pesar de tener una ubicación privilegiada, los dueños de la posada registraron una merma de 40% en sus reservaciones. “Estuvo mucho más flojo que la temporada pasada”, manifiesta Fernando Peñaloza, responsable del lugar y agrega: “debe ser por la situación del país, por la inflación y la inseguridad”.
El servicio de agua también es inconstante. Llega una semana sí y otra no. Encontrar los productos como la leche, los huevos, el café y la azúcar se ha convertido en toda una proeza para mantener el desayuno dentro de los costos que van desde Bs 8.000 por noche.
En Playa El Agua, otra de las zonas más visitadas en Margarita, los posaderos también se quejan de los servicios públicos. La Posada Puerto Delfin, que se encuentra a minutos de playa El Agua, cubrió toda su capacidad gracias a la reservación de los clientes fijos. “Logramos cubrir todo porque la mayoría son clientes fijos y ésta es una posada pequeña, para 39 personas en total (…) Pero el problema del agua nos afecta mucho porque antes nos venía una vez a la semana, ahorita una vez cada 10 o 15 días. No podemos hacer la limpieza ni el mantenimiento como queremos”, explica Gabriela Tarquini.
Ya no incluyen el desayuno debido a la escasez que registran productos de primera necesidad. Por eso mantiene sus precios en Bs 6.000 por noche. “Antes dábamos desayuno, pero desde que empezó la escasez lo dejamos de ofrecer, menos mal que los clientes lo entienden”, afirma.
Turismo a media máquina
El presidente de la Asociación de Prestadores de Servicios turísticos de la entidad, William Peláez, informó que la cantidad de visitantes nacionales que acudieron al territorio insular este carnaval se redujo entre 50% y 60%.
Peláez atribuyó la caída de la actividad turística a la reducción de vuelos a Margarita esto en referencia al dato que reveló el presidente de la Asociación Venezolana de Mayoristas y Representantes Turísticos, Julio Arnalde, quien manifestó que se ofrecieron la mitad de los vuelos con respeto al año pasado, reseñó El Nacional.
En Morrocoy, estado Falcón, la posada Casa Blanca no recibió la misma cantidad de visitantes que acostumbraba. “Sí, ha mermado, calculo que un 50%. Nosotros tenemos un buen servicio y lo que nos vende es la pulcritud, pero cada vez se nos dificulta más, no se consigue el cloro para las piscinas”, asegura Belkis Aranguren.
Aunque pagan para que la Policía Municipal haga recorridos por la zona durante el día y han creado un sistema de comunicación por Whastsapp para avisar entre el grupo de posaderos y vecinos organizados cualquier emergencia o eventualidad que se presente, el hampa ataca a los visitantes en la vía de Valencia o en los cayos, manifiesta.
“El desayuno lo vamos a dar mientras podamos. Antes había un distribuidor para las posadas y los hoteles, pero ahora tenemos que pagar a los bachaqueros cuando no nos queda de otra por los productos”, admite. La noche cuesta Bs 15.000 en la habitación matrimonial, Bs 30 mil la de cuatro personas y Bs 45.000 la de seis.
En Chichiriviche la posada Uva de Playa sí estuvo llena durante el asueto. Sin embargo, el dueño, Jesús Covarrubia, tuvo que pagar Bs 14.000 mil para llenar los tanques. “Tuvimos que cancelar dos camiones de agua, cada uno en Bs 7 mil. Esos Bs 14.000 ya uno los prevé dentro de los costos porque el agua está fallando”, coincide con el resto de los prestadores de servicio. También recurre al mercado informal para poder ofrecer el desayuno.
Miranda fue otro de los estados cuya actividad turística se vio recortada. El gobernador de la entidad, Henrique Capriles, publicó en sus redes sociales quela movilización de temporadistas en el litoral mirandinas cayó un 40%.
En la posada Sol y Playa, en Higuerote, solo llenaron un 70% de su disponibilidad. “En los pueblos no se vieron las colas de gente que antes eran comunes en estas fechas, eso se debe al problema económico que hay en el país”, declara Angeliana Vegas. El precio estándar en Sol y Playa está en Bs 7.500 la noche.
“Los bomberos, la policía y la Guardia que son los que hacen las guardias dijeron que esta temporada parecía un fin de semana normal. La verdad es que fue pésimo”, expresa Margarita Rivera, dueña de La posada de Dorita, ubicada también en Higuerote.
Pero los destinos montañosos fueron los más afectados. Vía al Páramo, en Mérida, está la posada La Tovareña. Su dueña, Yaritza Rosales comenta quesolo llenaron el 30%. “Esperábamos que con la feria del sol mejoraría la temporada, pero no fue así. Tenemos una reducción de 80% en comparación con el año pasado”.
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