Lejos de haber reducido la crisis alimentaria, la acción de los Comités Locales de Abastecimiento y Distribución (CLAP), de acuerdo con los testimonios de la propia ciudadanía, no ha servido para combatir de manera eficiente la escasez que afecta a los venezolanos, sometidos, jornada a jornada, a extensas y agotadoras colas para poder conseguir los productos de la cesta básica.
El equipo de Reporte Unidad comprobó este jueves, en Caracas, que a los consumidores no les consta, en la realidad cotidiana que deben enfrentar para superar los latigazos del hambre, que, tal cual lo ha difundido el gobierno de Miraflores, los procedimientos desplegados por orden presidencial, con el aval, además, de la Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos (Sundde), constituyan una salida cierta al caos predominante.
“Se los debe haber distribuido a la familia de él; en mi comunidad tenemos muchos meses que no recibimos ni una bolsa de comida”, manifestó la señora Nirce Urbaneja Pantoja, al ser consultada, en predios del mercado de Sarría, sobre el anuncio del primer mandatario de que los CLAP han entregado millones de toneladas de alimentos en beneficio de innumerables personas.
“Nicolás Maduro es el que lidera la guerra económica que tiene arruinado a este país, nada que haya sido formado por este régimen sirve”, dijo esta ama de casa domiciliada en Simón Rodríguez.
“Aquí lo que llegó fue la junta comunal, hicieron una encuesta en las casas, trajeron una sola vez la bolsa hace un mes y más nada”, indicó, a su vez, Grizka Blanco de Solarte, jubilada, quien mantiene a dos hijas adolescentes.
“Mientras no haya producción y cambio de mentalidad, aquí no vamos a echar para adelante”, completó la dama.
El bachiller Gerardo Méndez expresó que lo que se reparte en las bolsas no alcanza más allá de dos o tres días. “Si vamos a hablar de empresarios, lo que está surtiendo los Mercales y Pedevales es Harina Pan, aceite Vatel, Mantequilla Mavesa. Entonces, ¿esa es la guerra económica?”, se preguntó.
“Lo que está haciendo el Ejecutivo es matar el hambre: no le des comida al pueblo sino enséñalo a conseguir la comida. Ellos tuvieron todo el poder durante 17 años, todos los medios, las empresas del Estado – azúcar, café, leche, harina, arroz – y las quebraron”, destacó el joven, quien labora en un abasto del área.
“Yo no estoy de acuerdo en este modelo que implantaron de distribuir de alimentos. ‘Tú vas a comprar lo que nosotros te coloquemos’, te ordenan. Nosotros somos libres de comprar la cantidad que necesitamos, cuantas veces queramos”, aseveró, paralelamente, Luciano Escalona, cursante de banca y finanzas.
En el mismo centro de acopio, Juan Romero, quien se desempeña haciendo transporte, dijo que por su residencia “no ha visto a las CLAP”.
“Lo que veo es lo que sale en la prensa. A mí me anotaron en un grupo pero no fueron más por allá”, acotó.
“La solución a esta situación es generar más producción en los campos y llevar alimentos a los supermercados, que son los que tienen las grandes cadenas de distribución”, fueron, entretanto, las palabras del comerciante Alexander Pedrique.
En una fecha que se antojó agitada, pudimos conocer que la gente se quejó, asimismo, en el centro comercial Los Molinos, en San Martín – “aquí no hay libertad y estamos en un país democrático”, vociferaban -, mientras efectivos de la Policía Nacional Bolivariana custodiaban el perímetro; en tanto que muchos capitalinos salieron a protestar en las avenidas Urdaneta y Fuerzas Armadas, en pleno municipio Libertador, exigiendo alimentos, y paralizando el centro de la ciudad.
Por cierto que en este último escenario, al menos 14 profesionales del periodismo que daban cobertura de la incidencia, sufrieron de robos, amenazas de los cuerpos de seguridad, intimidación y hasta agresión, entre otros, representantes de medios como Vivo Play, NTN24, El Pitazo, El Universal, 2001, Caraota Digital y Crónica Uno.
Igualmente, los trabajadores de Empresas Polar salieron a la calle para reiterar su clamor por divisas para poder producir, cuando se cumple más de un mes desde que cesaron las operaciones por falta de insumos.
Al grito de “Somos Polar y queremos trabajar”, empleados directos e indirectos de la corporación se concentraron en las adyacencias del centro comercial Parque Caracas – diagonal al clausurado CC Sambil -, en la parroquia La Candelaria, para plantear otra vez sus demandas.
“Llevamos 36 días suspendidos, nuestras operaciones están paralizadas por falta de materia prima, son más de 150 solicitudes las que se han elevado al Estado para adquirir las divisas que nos permitan producir lo que durante 75 años hemos llevado a los hogares venezolanos, nos sentimos discriminados”, apuntó Oswaldo León, quien ejerce en el negocio de cerveza y malta de la industria, uno de los 10 mil trabajadores perjudicados
“Los trabajadores y la directiva han hecho los esfuerzos necesarios para mantener la empresa productiva: Polar, tal como se reveló, acaba de obtener un crédito de una entidad extranjera por 35 millones de dólares para producir por seis meses”, corroboró el vocero, comentando que a principios de julio pudieran reactivarse las operaciones.
“Queremos que nos den acceso al sistema Dicom. Esto es incómodo: todos tenemos derecho al trabajo. Nosotros somos el 5 por ciento del producto interno bruto del país”, declaró, a su vez, Neptalí Ramos, supervisor comercial con 12 años en la firma.
“Aguardamos a que con estos trámites que ha realizado Polar, haya una reacción positiva por parte del gobierno nacional”, concluyó, esperanzado. Reseña La Patilla.
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