En el mes de febrero de 2016, Lorent Saleh, desde su celda en los calabozos ubicados en los sótanos del SEBIN – Plaza Venezuela- conocidos como La Tumba, escribe este poema en el cual nos narra detalladamente como es el día a día de quienes se encuentran encerrados injustamente en este lugar.
Hoy me subieron al sol. Hoy, por la mañana me subieron En ascensor Acompañado de guardias y fusiles De protocolos y señales De miradas y preguntas Tenía tiempo sin subir. Hoy me llevaron a la superficie Varios sótanos tuvimos que subir Para ver el cielo Para poder tomar con suerte 40 minutos de sol.
Hoy la realidad ha vuelto a cachetearme Cínica Política Esquelética Poética Una realidad que ya es ajena Que dejó de ser mía La realidad de la física libertad que me han robado Que los dueños del gobierno Sumergidos en temores y arrogancia me han quitado.
En una muestra de debilidad En una vulgar muestra de incapacidad para gobernar Dieron órdenes a funcionarios de sembrar Perseguir Encerrar A todo aquel que se atreviera al sistema criticar A cuestionar A denunciar Y en muchos casos a tan sólo preguntar.
El cielo para mi hace más de un año y muchos días que dejó de ser azul Mi cielo es blanco De muy blanca luz La brisa hace tiempo que dejó de existir en mi mundo La corriente que tropieza conmigo es de aire Aire frío y artificial Uno acondicionado para este lugar Un lugar que originalmente fue creado para espíritus quebrar. Hoy me sentí ajeno más que nunca Al mundo A la calle A lo normal La libertad.
Hoy sentía extraño lo que para muchos es cotidiano Casi imperceptible El ruido de los carros La gente y sus palabras Los colores El azul cielo y el sol.
Mi mundo se hizo celda y libros Letras y encierro Cámaras y micrófonos Funcionarios de seguridad De “Inteligencia Nacional”. Barrotes de acero y cubiertos plásticos Aislamiento y soledad Los amigos que no están Los señalamientos despiadados La indefensión La mentira repetida Las excusas rebuscadas El sufrimiento familiar La tragedia nacional La incertidumbre permanente.
Las puertas blindadas y los vidrios de seguridad Las despedidas en las visitas El retorno del silencio Una soledad sin intimidad.
Ni soy verdugo Ni clemencia pido Quienes saben, saben que no estoy preso por lo dicho o editado Estoy bajo tierra por lo hecho y luchado.
Por libremente pensar Por el sistema criticar Por dudar Por cuestionar Por salirme del corral Mis ideales siguen firmes Por eso sigo en este lugar No seré complaciente con lo que considero una aberración gubernamental.
Mi palestina sangre madre Mi tierra andina y crianza Mi valenciana formación Fueron la materia de mi irreverencia contra el sistema y la opresión.
Que se burlen no me importa Los del sistema defensores Los de oficio repetidores Los de por salario agresores.
Soy humano y he llorado En silencio En mi celda Bajo tierra Sigo siendo humano Irrenunciablemente humano.
Hoy me subieron a la superficie Regresé diferente No logro identificar si es miedo o tristeza El miedo a sentirme ajeno a la física libertad, a lo normal. La tristeza de regresar a los sótanos de un edificio de “Inteligencia Nacional” Mientras la arrogancia y los miedos de quienes tienen el poder les impide reflexionar.
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